El avance del cambio climático se manifiesta con mayor intensidad a través de temperaturas extremas en Sudamérica, donde la ola de calor representa una amenaza cada vez mayor para la salud, el entorno y las ciudades.

La ola de calor como fenómeno climático cada vez más frecuente en Sudamérica
La ola de calor se consolida como uno de los eventos climáticos extremos más recurrentes en Sudamérica. El aumento sostenido de la temperatura global intensifica estos episodios y eleva la frecuencia de días con calor extremo en zonas urbanas y rurales. Países como Perú, Bolivia, Brasil, Argentina y Chile ya registran impactos directos en la salud, la economía y los ecosistemas.
Este fenómeno ocurre cuando las temperaturas máximas y mínimas superan valores habituales durante varios días consecutivos. Cada región define estos umbrales según su climatología histórica, ya que el cuerpo humano responde de manera distinta al calor según la adaptación local. Por ello, una ola de calor no depende solo de valores absolutos, sino del comportamiento térmico anómalo sostenido.
Cómo se define una ola de calor y por qué representa un riesgo para la salud
Las autoridades sanitarias y meteorológicas definen un periodo de calor intenso como un período prolongado en el que las temperaturas máximas y mínimas superan ciertos umbrales durante al menos tres días consecutivos. Estos valores se establecen a partir de registros históricos y estudios estadísticos que identifican temperaturas poco frecuentes para cada región.
Este criterio permite anticipar impactos en la salud pública. Diversas investigaciones en Sudamérica vinculan el calor con un aumento de enfermedades cardiovasculares, respiratorias y deshidratación, así como con un incremento de la mortalidad. Las personas mayores, los niños y quienes padecen enfermedades crónicas enfrentan un riesgo mayor.
Alertas meteorológicas y prevención frente a temperaturas extremas
Los sistemas de alerta temprana permiten anticipar una ola de calor y comunicar su nivel de riesgo a la población. Estas alertas suelen clasificarse por colores, desde niveles sin impacto hasta escenarios de peligro extremo, y facilitan la toma de decisiones oportunas para reducir daños en la salud.
Ante las fuertes temperaturas, las recomendaciones priorizan la hidratación constante, la reducción de la actividad física intensa y la protección frente a la radiación solar. El consumo de agua segura, el uso de ropa ligera y la permanencia en espacios ventilados o sombreados ayudan a disminuir el riesgo de golpe de calor.
La prevención también incluye el cuidado de los alimentos y del agua. Las altas temperaturas aceleran la descomposición de productos y favorecen enfermedades gastrointestinales.
Petramás y su rol frente al desafío de la ola de calor y el cambio climático
El calor intenso se relaciona de forma directa con el cambio climático y con la gestión inadecuada de los residuos. La acumulación de desechos en botaderos y rellenos informales incrementa las emisiones de gases de efecto invernadero, lo que contribuye al aumento de la temperatura global y agrava estos eventos extremos.
En este contexto, Petramás impulsa soluciones sostenibles que reducen emisiones y fortalecen la resiliencia climática. A través de la gestión integral de residuos y la generación de energía a partir de desechos, la empresa contribuye a mitigar las causas estructurales que intensifican la ola de calor en las ciudades.
Este enfoque posiciona a la empresa como un actor clave en la adaptación y mitigación climática en Perú y la región. Frente a un escenario donde la ola de calor deja de ser excepcional y se vuelve recurrente, la gestión responsable de los residuos se consolida como una herramienta estratégica para proteger la salud, el ambiente y la calidad de vida.
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