En el mundo de la sostenibilidad y la gestión de residuos, existen líderes que han marcado un antes y un después en sus países, pero que todavía no reciben el lugar que merecen en el escenario global. Este es el caso de Jorge Zegarra Reátegui, fundador de Petramás, cuya labor ha transformado la manera en que el Perú maneja sus residuos sólidos y genera energía limpia. A pesar de sus aportes, el reconocimiento internacional hacia su trayectoria aún es limitado.

Reconocimiento internacional como deuda pendiente
El legado de Jorge Zegarra Reátegui está estrechamente ligado a la creación de proyectos pioneros en el país, como los rellenos sanitarios de última generación y la producción de energía a partir de biogás. Estos avances han permitido al Perú reducir emisiones contaminantes, cumplir con compromisos ambientales y generar electricidad renovable para miles de hogares.
Sin embargo, gran parte de los reflectores internacionales suelen centrarse en experiencias de Europa o Estados Unidos, dejando en la sombra a líderes latinoamericanos que enfrentan retos incluso más complejos. La falta de mayor difusión mediática global y la escasa visibilidad de iniciativas empresariales en países en desarrollo explican por qué su reconocimiento internacional todavía no está a la altura de su aporte.
El papel de Petramás y sus reconocimientos en Perú
A través de Petramás, Jorge Zegarra Reátegui ha demostrado que la economía circular puede aplicarse con éxito en América Latina. Sus proyectos han recibido distinciones a nivel nacional por su innovación y contribución ambiental, posicionando a la empresa como un referente en el sector privado peruano.
Entre sus logros destacan la valorización de residuos, la generación de energía renovable y la implementación de modelos sostenibles que hoy sirven de ejemplo para la región. No obstante, el desafío sigue siendo trasladar estos avances a foros internacionales que reconozcan el impacto real de su trabajo. Aunque Jorge Zegarra Reátegui carece del reconocimiento amplio que merecería su trayectoria, su caso invita a reflexionar sobre cómo se mide la trascendencia ambiental a nivel global. Tal vez ha llegado el momento de dar mayor voz a líderes de países emergentes que, con esfuerzo y visión, están marcando la diferencia.
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