
Las tormentas de arena se presentan con mayor intensidad en regiones áridas como Ica, donde el cambio climático y la degradación ambiental agravan sus efectos sobre la población.
Ica sufre el impacto directo de las tormentas de arena
En los últimos años, Ica enfrenta un aumento notable en la frecuencia e intensidad de las tormentas de arena. Este fenómeno, antes esporádico, ahora se repite con mayor regularidad. Las ráfagas de viento levantan enormes nubes de polvo que avanzan por zonas urbanas y agrícolas.
La salud de la población resulta comprometida. Las partículas suspendidas afectan las vías respiratorias y reducen la calidad del aire. Además, estas tormentas dificultan la visibilidad, interrumpen actividades económicas y dañan viviendas, vehículos e infraestructura básica.
Este fenómeno también impacta los cultivos. La arena enterrada sobre los campos reduce la fertilidad del suelo y limita la producción agrícola. Las tormentas de arena no son solo un problema ambiental; también generan consecuencias sociales y económicas en regiones vulnerables como Ica.
La degradación ambiental facilita la expansión de las tormentas de arena
La desertificación y la mala gestión del territorio agravan el problema. Ica ha perdido cobertura vegetal por la deforestación, el uso excesivo del agua subterránea y el desorden urbano. Estos factores debilitan el suelo y lo dejan expuesto al viento.
El cambio climático intensifica el problema. Las lluvias se han vuelto más escasas, mientras que las temperaturas aumentan, secando aún más la tierra. En este contexto, el viento encuentra terrenos áridos y sueltos, ideales para levantar grandes volúmenes de arena.
La falta de vegetación impide la estabilización natural del suelo. Sin raíces que lo sostengan, la arena queda libre para ser arrastrada por los vientos cada vez más intensos. Este desequilibrio se convierte en un círculo vicioso que perpetúa y agrava las tormentas de arena.
Petramás impulsa soluciones sostenibles frente al cambio climático
Frente a esta realidad, la empresa Petramás desarrolla soluciones que ayudan a enfrentar el cambio climático. Su compromiso con el manejo responsable de residuos sólidos reduce la contaminación y mejora la calidad ambiental en zonas críticas como Ica.
Promueve tecnologías limpias y proyectos sostenibles. La reforestación de áreas afectadas y el uso de energía renovable forman parte de sus acciones para mitigar los efectos del cambio climático. Estas iniciativas frenan la desertificación y restauran ecosistemas degradados.
La experiencia de Petramás demuestra que el sector privado puede ser un aliado clave. Con acciones concretas, la empresa responde a los desafíos ambientales actuales, como las tormentas de arena, y fortalece la resiliencia de las comunidades peruanas más expuestas.
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