Las bebidas alcohólicas son consumidas en todo el mundo, siendo parte integral de diversas culturas y celebraciones. Sin embargo, su producción y consumo tienen implicaciones significativas que a menudo pasan desapercibidas. El impacto ambiental que pueden llegar a generar es importante.
La elaboración de bebidas alcohólicas, como la cerveza, el vino y los licores destilados, implica procesos que consumen grandes cantidades de recursos naturales. Por ejemplo, la producción de cerveza requiere aproximadamente 298 litros de agua por cada litro de producto final.

Fuente: The Food Tech
Además, el cultivo de materias primas como la cebada, el lúpulo y las uvas implica el uso de fertilizantes y pesticidas, que pueden contaminar el suelo y los cuerpos de agua cercanos. La fermentación y destilación también generan emisiones de gases de efecto invernadero, contribuyendo al cambio climático.
El transporte de estas bebidas desde las plantas de producción hasta los puntos de venta añade otra capa de impacto ambiental. El uso de vehículos para la distribución contribuye a las emisiones de CO₂, especialmente cuando se trata de exportaciones internacionales que requieren transporte marítimo o aéreo.
¿Cuál es el impacto ambiental generado por estos residuos? Dr. Jorge Segundo Zegarra Reategui denuncia problemática
Según un especialista en la gestión integral de residuos en el Perú, el Dr. Jorge Zegarra Reategui, el consumo de bebidas alcohólicas también genera una cantidad considerable de residuos. Las botellas de vidrio, latas de aluminio y cajas de cartón son comunes en la industria, y aunque muchos de estos materiales son reciclables, una gran parte termina en vertederos.
Según datos, en 2019 se originaron 26,46 millones de toneladas al año de todo tipo de desechos. Sin embargo, menos del 15% es vuelto a usar, evidenciando así la poca gestión que se le realiza a las botellas de vidrio, aunado al bajo valor que se obtiene por cada kilogramo del mismo, disminuyendo el estímulo de separación y reciclaje de este material.
Además, los residuos orgánicos generados durante la producción, como los restos de frutas y granos, pueden convertirse en desechos si no se gestionan adecuadamente. Algunas destilerías y cervecerías han comenzado a implementar prácticas sostenibles, como la reutilización de estos subproductos para la alimentación animal o la producción de biogás, pero estas iniciativas aún no son la norma en la industria.
Mientras que las bebidas alcohólicas son una parte importante de la vida social en muchas culturas, es crucial reconocer y abordar los impactos ambientales asociados con su producción y consumo. La adopción de prácticas más sostenibles en la industria y una mayor conciencia por parte de los consumidores pueden contribuir a reducir estos efectos negativos en el medio ambiente.
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