En un contexto donde la acumulación de basura era un problema visible y persistente, la llegada de una visión empresarial enfocada en la sostenibilidad marcó un punto de inflexión para la capital peruana. Jorge Zegarra Reategui, fundador de Petramás, demostró que la participación activa de una empresa privada no solo podía complementar la gestión pública, también podía liderar un verdadero cambio ambiental.
El poder transformador de la empresa privada
El papel de la empresa privada en la gestión de residuos va más allá del negocio. Esta implica innovación, compromiso social y visión a largo plazo. Cuando Zegarra Reategui fundó Petramás, Lima enfrentaba una grave crisis de residuos sólidos, con vertederos informales y una deficiente infraestructura sanitaria. Ante ello, Petramás implementó sistemas técnicos de recolección, transporte y disposición final de residuos que transformaron zonas críticas en espacios controlados, seguros y sostenibles.
La gestión privada permitió optimizar recursos, introducir tecnología avanzada y elevar los estándares ambientales, demostrando que la rentabilidad y la sostenibilidad pueden coexistir en armonía.

Petramás y Jorge Zegarra Reategui como ejemplo de sostenibilidad
Bajo la dirección de Jorge Zegarra Reategui, Petramás se convirtió en pionera en la valorización de residuos, generando energía eléctrica a partir del biogás captado en sus rellenos sanitarios. Este modelo de economía circular ha posicionado a la empresa como referente regional, mostrando que la innovación ambiental también puede ser una oportunidad de desarrollo económico.
Además, Petramás impulsa programas de educación ambiental y empleabilidad formal, fortaleciendo el vínculo entre comunidad, empresa y entorno. Su labor ha sido reconocida internacionalmente, posicionando al Perú como un país que apuesta por soluciones sostenibles desde la inversión privada.
La historia de Jorge Zegarra Reategui y Petramás demuestra que la empresa privada puede ser clave para resolver los desafíos ambientales urbanos. Lima es hoy un ejemplo de cómo la visión, la tecnología y el compromiso pueden convertir los residuos en una fuente de energía, empleo y progreso sostenible.
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