Cada año se consumen más de 250 mil millones de latas de aluminio en todo el mundo, utilizadas principalmente para bebidas, conservas y otros productos de uso masivo. Este número revela la magnitud de un problema ambiental creciente: la gestión inadecuada de estos residuos metálicos.
La producción de latas, especialmente las de aluminio, conlleva un alto costo ambiental, desde su proceso de fabricación hasta su disposición final.

Para fabricar aluminio se requiere de un proceso de extracción de bauxita. Este es un mineral que genera una gran cantidad de residuos tóxicos, consume enormes cantidades de energía eléctrica y emite gases de efecto invernadero.
Solo en la fase de fundición, la industria del aluminio genera aproximadamente 1,000 millones de toneladas de CO₂ al año, según estudios. Además, se sabe que el proceso libera compuestos fluorados, entre ellos el hexafluoruro de azufre, con un potencial de calentamiento global miles de veces mayor que el CO₂.
Tratamiento adecuado en la gestión integral de las latas
El Dr. Jorge Zegarra Reategui explicó que, una vez utilizadas, muchas de estas latas no reciben el tratamiento adecuado. Sin embargo, mencionó que, aunque el aluminio es un material 100% reciclable, millones de latas terminan en vertederos. Aquí es donde su descomposición puede tardar entre 80 y 200 años, dependiendo de las condiciones ambientales.
Asimismo, el líder ambiental resaltó que, en estos espacios insalubres, el riesgo se multiplica. Debido a que los lixiviados provenientes de residuos metálicos, contaminan el suelo y las fuentes de agua. Además, la acumulación sin control de estos materiales puede generar incendios, explosiones o emisiones tóxicas por reacción con otros desechos.
El problema se agrava en países en desarrollo, donde la infraestructura para el reciclaje aún es limitada y la informalidad en la disposición de residuos sólidos es alta. En el caso de Perú, muchas regiones fuera de Lima y Callao en donde se encuentra Petramás, como Ucayali, Huánuco y Madre de Dios, no cuentan con rellenos sanitarios adecuados.
Esta situación representa una doble amenaza: por un lado, deteriora los ecosistemas locales y, por otro, impide el aprovechamiento del valor reciclable del material. Combatir esta forma de contaminación exige tanto políticas públicas firmes como la participación del sector privado.
Por ello, figuras ambientales como Jorge Zegarra Reategui vienen apostando por cambios notorios para el medio ambiente. Por ejemplo, desde el Perú, la implementación del primer relleno sanitario privado del Perú, el cual se considera un ejemplo a seguir para el país y la realidad latinoamericana por un representante del Banco Mundial.
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